La historia de la ciencia está llena de momentos trascendentales y de grandes personalidades que, gracias a su ingenio, han sido capaces de transformar el mundo tal y como lo conocemos. Uno de estos personajes fue, sin duda, Albert Einstein, un hombre que revolucionó la física con sus teorías y que sigue siendo un referente para científicos de todo el mundo. El otro, Marie Curie, que fue la primera mujer en ganar un Premio Nobel de física (1903), la inventora del término «radioactividad» y ganadora en 1911 del Premio Nobel de química. Comparto contigo una carta que Einstein escribió a Marie Curie en 1911, en pleno escándalo, en la que muestra su admiración por la científica y defiende su honor ante la crítica pública.
Carta original de Einstein:
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Praga, 23 de Noviembre de 1911
¡Mi muy estimada Mme. Curie!
No se ría de mí por escribirle sin tener nada sensato que decir, pero me enfada tanto ver la forma tan rastrera con la que el vulgo se atreve a inmiscuirse en sus asuntos que no tengo más remedio que dar rienda suelta a mi rabia. Pero estoy convencido de que usted no siente sino desdén por la turbamulta, ya esta se dedique a adularla o a saciar un vil deseo de sensacionalismo a su costa.
Me veo obligado a decirle cuánto admiro su intelecto, su energía y su honestidad, y que me considero afortunado de haber podido conocerla personalmente en Bruselas. Quien no forma parte de esa panda de reptiles no puede sino congratularse de que tengamos entre nosotros a personas como usted y como Langevin, personas con quienes es un privilegio poder estar en contacto.
Si la muchedumbre sigue encarnizándose con usted, le diría simplemente que no lea esa basura; tan solo déjela para los reptiles para quienes fue creada.
Con mis mejores deseos para usted, Langevin y Perrin,
Suyo,
A. Einstein
P.D.: He determinado la ley estadística del movimiento de la molécula diatómica en el campo de radiación de Planck gracias a una ocurrencia bastante curiosa, naturalmente bajo la restricción de que el movimiento de la estructura siga las leyes estándares de la mecánica. Sin embargo no tengo muchas esperanzas de que esta ley sea válida en el mundo real.
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Esta carta sigue siendo relevante en nuestros días, en los que la sociedad sigue siendo propensa a juzgar de forma superficial y sin conocimiento de causa a aquellos que destacan en cualquier campo. Einstein nos recuerda que debemos mantener nuestra integridad y no permitir que las críticas injustas nos afecten. Su defensa de la libertad y el respeto por la individualidad son valores que deberíamos seguir manteniendo en nuestra sociedad actual.